Con los rituales y ceremonias del pueblo piel roja, no siempre coincidentes, se refleja la vida social, religiosa y mítica de cada tribu, que si algo guardan en común es precisamente su profunda religiosidad y amor a sus dioses. Con estas historias mágicas, llenas de lirismos a veces, de candor e inocencia otras, se va componiendo un escenario al aire libre, en el que actúan en todo momento unos hombres, que se nos han vendido feroces y crueles, cuando en realidad la virtud que más destaca en ellos es su virilidad, su amor a su propia familia, a su tribu, y el respeto superlativo a sus atávicos dioses; seres que se reencarnan en una simple piedra, en un animal, una planta o, sencillamente, en un hombre. Se trata de una serie de historias que solían contar los ancianos a la luz titilante de la hoguera ceremonial con las que construían sus tradiciones.